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| Paramilitares entrenando en Colombia / Archivo |
Especial
La agencia estadounidense de noticias, AP, ha publicado este sábado un reportaje donde afirma que un ex boína verde y fanático anticomunista organizó a un grupo de 300 mercenarios para atentar contra el Presidente venezolano Nicolás Maduro. Según analistas con acceso a datos de fuentes confiables, el reportaje es una mascarada para ocultar la verdad sobre los actores principales en la trama. La historia del fanático soñador es solo una cortina de humo para ocultar la participación de EEUU y Colombia en el diseño e implementación de la frustrada operación para llevar la guerra a Venezuela. Acá lo explicamos todo.
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El reportaje y lo que dice, verdades a medias y mucho que no se dice
Según un trabajo periodístico publicado este sábado 2 de mayo por la agencia Associated Press (AP), Clíver Alcalá Cordones, exgeneral del Ejército venezolano que encabezaba una conspiración para derrocar al presidente Nicolás Maduro a través de una acción militar desde Colombia, habría planeado incursionar a Venezuela desde La Guajira con un ejército paramilitar compuesto por 300 efectivos desertores de las filas castrenses para unirse a la insurrección de Juan Guaidó, organizada bajo el amparo de un concierto en Cúcuta, en el que se recaudarían fondos destinados a “ayuda humanitaria”.
En este evento habría participado como agente de seguridad Jordan Goudreau, un exsoldado estadounidense que logró establecer contacto con Lester Toledo, uno de los designados por Guaidó para recabar dinero para sus planes conspirativos en los Estados Unidos y de acuerdo con esta agencia, fue Toledo quien puso al exboina verde en contacto con Clíver Alcalá en Bogotá, quien expuso sus planes a este y a otros conspiradores en el Hotel JW Marriot de la capital neogranadina.
“A lo largo de dos días de reuniones con Goudreau y Toledo en el JW Marriott, Alcalá explicó cómo había seleccionado a 300 combatientes de entre la multitud de soldados de bajo rango que abandonaron a Maduro y huyeron a Colombia en los primeros días del levantamiento de Guaidó, dijeron tres personas que participaron en la reunión e insistieron en el anonimato para hablar de las delicadas conversaciones”, refiere AP.
En el reportaje también se afirma que Alcalá le aseguró entonces a su audiencia, que “varias decenas de hombres ya vivían en tres campos” de entrenamiento que instaló en el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela y entre sus combatientes estaría un guardia nacional, sindicado de participar en el intento de magnicidio en contra de Maduro, ocurrido en agosto de 2018.
De acuerdo con tres fuentes a las que habría tenido acceso AP, estos 300 paramilitares serían entrenados para el combate por Goudreau y su compañía y el presupuesto estimado para un ataque relámpago, se estableció en millón y medio de dólares.
Asimismo, las fuentes consultadas por Associated Press habrían afirmado que durante la reunión en el JW Marriot, el exboina verde se habría jactado de poseer contactos de alto nivel dentro de la administración Trump que podrían colaborar en el plan.
Alcalá Cordones admitió ante los medios de comunicación colombianos ser el líder del complot y llegó a un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos para su extradición, luego de que el Departamento de Justicia de ese país le acusara de narcotráfico y terrorismo y fijara una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que condujera a su captura. El exgeneral dijo entonces que se entregaba porque temía por su vida.
En este evento habría participado como agente de seguridad Jordan Goudreau, un exsoldado estadounidense que logró establecer contacto con Lester Toledo, uno de los designados por Guaidó para recabar dinero para sus planes conspirativos en los Estados Unidos y de acuerdo con esta agencia, fue Toledo quien puso al exboina verde en contacto con Clíver Alcalá en Bogotá, quien expuso sus planes a este y a otros conspiradores en el Hotel JW Marriot de la capital neogranadina.
“A lo largo de dos días de reuniones con Goudreau y Toledo en el JW Marriott, Alcalá explicó cómo había seleccionado a 300 combatientes de entre la multitud de soldados de bajo rango que abandonaron a Maduro y huyeron a Colombia en los primeros días del levantamiento de Guaidó, dijeron tres personas que participaron en la reunión e insistieron en el anonimato para hablar de las delicadas conversaciones”, refiere AP.
En el reportaje también se afirma que Alcalá le aseguró entonces a su audiencia, que “varias decenas de hombres ya vivían en tres campos” de entrenamiento que instaló en el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela y entre sus combatientes estaría un guardia nacional, sindicado de participar en el intento de magnicidio en contra de Maduro, ocurrido en agosto de 2018.
De acuerdo con tres fuentes a las que habría tenido acceso AP, estos 300 paramilitares serían entrenados para el combate por Goudreau y su compañía y el presupuesto estimado para un ataque relámpago, se estableció en millón y medio de dólares.
Asimismo, las fuentes consultadas por Associated Press habrían afirmado que durante la reunión en el JW Marriot, el exboina verde se habría jactado de poseer contactos de alto nivel dentro de la administración Trump que podrían colaborar en el plan.
Alcalá Cordones admitió ante los medios de comunicación colombianos ser el líder del complot y llegó a un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos para su extradición, luego de que el Departamento de Justicia de ese país le acusara de narcotráfico y terrorismo y fijara una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que condujera a su captura. El exgeneral dijo entonces que se entregaba porque temía por su vida.
El reportaje solo sirve para tapar a Colombia y EEUU y sus planes macabros
El embajador venezolano ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, consideró la versión sobre un mercenario estadounidense responsable de un fallido atentado contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como una novela tropical para salvar la responsabilidad de Estados Unidos y Colombia en la operación de marzo pasado.
En una serie de tuits, Moncada rechaza la trama de que la operación fue un acto individual de un aventurero en el trópico, un loquito que engañó a unos mercenarios sin contar con el apoyo de los presidentes Donald Trump e Iván Duque. “Una novela barata para fugarse de la realidad”, añadió.
El diplomático recordó que ahora quieren convencernos de que 300 mercenarios se entrenaban en Colombia sin apoyo de Duque ni de Trump. “Ahora, en esta versión, ellos nos salvan del desastre preparado por unos ‘rambos'”, ironizó.
“¡Así los órganos de propaganda crean la “realidad alternativa” que sirve a sus intereses!”, indicó Moncada.
La versión de la agencia estadounidense de noticias AP responsabiliza a un exsoldado estadounidense, boina verde, experto en operaciones especiales, de organizar a un grupo de 300 mercenarios para realizar una conspiración en Venezuela para desestabilizar al Gobierno de Caracas sin la intervención de Estados Unidos y Colombia.
En marzo pasado, Venezuela denunció un plan coordinado desde Colombia para atentar contra altos mandos del Gobierno en medio de la pandemia de coronavirus, que incluía un ataque contra el presidente Nicolás Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, así como de vicepresidentes y ministros.
El representante diplomático venezolano hizo énfasis en la relación que ha tenido el Gobierno de Estados Unidos con ejércitos mercenarios.
Moncada destacó que a los mercenarios, Whasington los ha usado por décadas para hacer guerra clandestina contra países que quiere conquistar y “evaden su responsabilidad legal en ataques militares porque no pueden ser directamente acusados en órganos internacionales”.
“La invasión mercenaria organizada por Trump y sus aliados narcosicarios nunca ha sido un secreto. En mayo del 2019 la denunciamos en el Consejo de Seguridad de la ONU. Se trata de un crimen organizado por profesionales con años de experiencia”, manifestó.
“En septiembre de 2019, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, también denunció en la ONU los campamentos mercenarios en Colombia con apoyo operacional de EE.UU. y su aliado narcosicario. “Ya tenían más de seis meses de entrenamiento y aumentaron el reclutamiento de asesinos”, acotó.
El embajador recordó que en abril 2020 “denunciamos en el Consejo de Seguridad de la ONU operaciones militares encubiertas de Trump y sus aliados contra el pueblo venezolano. La confesión pública del jefe mercenario es prueba irrefutable del apoyo de los gobiernos agresores”.
“En marzo 2020, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, denunció detalles de la operación: jefes, armas, planes de ataque, etcétera”, apuntó.
En una serie de tuits, Moncada rechaza la trama de que la operación fue un acto individual de un aventurero en el trópico, un loquito que engañó a unos mercenarios sin contar con el apoyo de los presidentes Donald Trump e Iván Duque. “Una novela barata para fugarse de la realidad”, añadió.
El diplomático recordó que ahora quieren convencernos de que 300 mercenarios se entrenaban en Colombia sin apoyo de Duque ni de Trump. “Ahora, en esta versión, ellos nos salvan del desastre preparado por unos ‘rambos'”, ironizó.
“¡Así los órganos de propaganda crean la “realidad alternativa” que sirve a sus intereses!”, indicó Moncada.
La versión de la agencia estadounidense de noticias AP responsabiliza a un exsoldado estadounidense, boina verde, experto en operaciones especiales, de organizar a un grupo de 300 mercenarios para realizar una conspiración en Venezuela para desestabilizar al Gobierno de Caracas sin la intervención de Estados Unidos y Colombia.
En marzo pasado, Venezuela denunció un plan coordinado desde Colombia para atentar contra altos mandos del Gobierno en medio de la pandemia de coronavirus, que incluía un ataque contra el presidente Nicolás Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, así como de vicepresidentes y ministros.
El representante diplomático venezolano hizo énfasis en la relación que ha tenido el Gobierno de Estados Unidos con ejércitos mercenarios.
Moncada destacó que a los mercenarios, Whasington los ha usado por décadas para hacer guerra clandestina contra países que quiere conquistar y “evaden su responsabilidad legal en ataques militares porque no pueden ser directamente acusados en órganos internacionales”.
“La invasión mercenaria organizada por Trump y sus aliados narcosicarios nunca ha sido un secreto. En mayo del 2019 la denunciamos en el Consejo de Seguridad de la ONU. Se trata de un crimen organizado por profesionales con años de experiencia”, manifestó.
“En septiembre de 2019, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, también denunció en la ONU los campamentos mercenarios en Colombia con apoyo operacional de EE.UU. y su aliado narcosicario. “Ya tenían más de seis meses de entrenamiento y aumentaron el reclutamiento de asesinos”, acotó.
El embajador recordó que en abril 2020 “denunciamos en el Consejo de Seguridad de la ONU operaciones militares encubiertas de Trump y sus aliados contra el pueblo venezolano. La confesión pública del jefe mercenario es prueba irrefutable del apoyo de los gobiernos agresores”.
“En marzo 2020, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, denunció detalles de la operación: jefes, armas, planes de ataque, etcétera”, apuntó.
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